La guitarra de jaime suena a lo lejos. Es el pintor quien la toca y el viejo instrumento popular suena limpiamente, con tersura. Y en esa nitidez brillan los diseños melódicos inequívocamente hispanos. ¿Toca acaso el pintor música española? De Jaraíz tañe su propia música, el otro polo de su personalidad creadora.
Doménico Theotocópulus solicitaba de los buenos músicos toledanos que deleitasen su sobremesa. De Jaraíz tiene a la música por compañera mientras trabaja esas telas delicadas que impregnan nuestros sentidos de blancura, leves transparencias, misteriosos veneros de luz. Y luego compone.
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